Estados Unidos toca fondo: Doble derrota, críticas y falta de apoyo rumbo al Mundial

La doble derrota de la selección masculina de Estados Unidos en la CONCACAF Nations League no solo dejó un saldo negativo en lo deportivo, sino que también encendió señales de alarma sobre el vínculo entre el equipo y su afición.

El equipo de Mauricio Pochettino no solo mostró fallas tácticas y una desconcertante falta de intensidad, sino que jugó frente a gradas semivacías en el SoFi Stadium, que será una de sus sedes en el Mundial 2026, leemos en un análisis publicado por The Guardian.

En dos partidos que debieron ser una oportunidad para afirmar identidad y entusiasmo, la imagen fue la contraria: líneas desconectadas, errores defensivos, imprecisión en ataque y, sobre todo, una preocupante apatía general.

El entrenador argentino intentó dar un mensaje de calma tras la caída ante Canadá, reconociendo que hay tiempo para corregir el rumbo.

“El objetivo principal es el Mundial”, dijo, en un intento de disuadir el pesimismo reinante.

Sin embargo, el propio Christian Pulisic admitió que el equipo está lejos de su mejor versión:

"No estamos en nuestro mejor momento. Hay cosas que deben cambiar."

Uno de los temas más inquietantes es la pérdida de interés del público estadounidense. El reportaje del periódico inglés detalla cómo los altos precios de las entradas y la falta de una conexión genuina entre el equipo y su hinchada han generado estadios vacíos, incluso en amistosos.

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En ciudades como Kansas City o Cincinnati, la afluencia ha sido mínima, y ni siquiera partidos clave como los recientes ante Panamá y Canadá lograron revertir la tendencia.

Con solo tres ventanas FIFA antes del Mundial, Estados Unidos enfrenta más que un problema de resultados. La desilusión es profunda, porque no solo el nivel futbolístico fue pobre: todo en torno al equipo (el ambiente, la pasión, el proyecto) parece desinflarse en el peor momento. Lo que está en juego ahora no es solo el rendimiento en la cancha, sino la capacidad del USMNT de reconectar con su gente antes de que se levante el telón de una nueva Copa del Mundo.